martes, 5 de abril de 2011

Los efectos de la crisis japonesa en los mercados

La estimación final de los daños sufridos por la economía japonesa es todavía muy prematura no estando aún resuelta la situación en la central nuclear. La producción y la demanda, probablemente, se contraerán de forma aguda en los próximos seis meses, a lo que seguirá un fuerte repunte de la actividad por la reconstrucción en el último trimestre de 2011 y en 2012. El impacto de la crisis japonesa sobre la economía global va a depender tanto de la situación de partida como de las respuestas, en términos de políticas económicas, que se vayan dando. Las repercusiones incidirán por cuatro vías distintas: (1) comercio de bienes y servicios, (2) flujos de capital, (3) contagio en los mercados financieros, y (4) precios de las materias primas. En cuanto a la situación de partida antes del terremoto en Japón: la economía global daba muestras de fortaleza; las economías emergentes moderaban su crecimiento pero todavía tiraban del carro económico; la economía americana se aceleraba; el proceso de saneamiento de las economías avanzaba; y las políticas monetarias y fiscales continuaban siendo expansivas. Los riesgos de partida estaban ligados a la inflación por el alza del precio del petróleo; al endurecimiento monetario en las economías emergentes; y al riesgo soberano periférico en Europa. Centrándonos en las vías de contagio de la catástrofe japonesa: (1) el impacto sobre el comercio mundial se estima muy limitado en Europa y EEUU y algo mayor en los países asiáticos; mayor impacto puede tener la interrupción en el suministro a las cadenas de montaje, principalmente en la industria tecnológica y del automóvil; (2) en cuanto a la repatriación de capitales para financiar la reconstrucción, el mayor impacto podría venir por la revaluación del yen, pero este proceso ha sido yugulado, por el momento, con la intervención coordinada de los bancos centrales de los países del G7; (3) las ventas masivas en los mercados financieros, por la incertidumbre nuclear en la primera semana, han dado paso a alzas generalizadas tras la intervención del G7 en el mercado de divisas; por último, (4) si bien en un primer momento se reduce la demanda de materias primas, posteriormente, los esfuerzos de reconstrucción y el posible cambio del modelo energético implican un aumento de la demanda de petróleo y otras materias primas. En cuanto a la respuesta en términos de política monetaria, ya hemos visto la reacción expansiva de los países del G7. Ello, no obstante, no pensamos que vaya a cambiar significativamente los calendarios del BCE la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. No obstante, los Bancos Centrales van a estar muy vigilantes a los nuevos datos para calibrar la incidencia. El Banco de Japón, es verdad, viene aplicando políticas monetarias muy expansivas desde el primer día y ello también se nota fuera de Japón, en los mercados de divisas y en las Bolsas.

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