jueves, 10 de abril de 2014

La figura del asesor financiero

El asesor financiero es la persona que orienta y ayuda a organizar las necesidades financieras de un inversor, teniendo en cuenta sus circunstancias personales, con todas las variables que puedan influir en la toma de decisiones de inversión. Estas variables serán, entre otras, la edad, el patrimonio del que dispone, la situación profesional, personal y familiar, sus conocimientos financieros, sus objetivos de inversión y su sensibilidad al riesgo. El asesor financiero ofrecerá soluciones o alternativas que más se ajusten a las  necesidades del cliente.

Un asesor financiero independiente  unirá a todo lo anterior, el valor de la independencia.  Esto es, un  asesoramiento que no pueda estar  condicionado a la venta de algún producto determinado o al interés de ningún grupo financiero, proponiendo solo aquello que aporte valor a su cliente. Todas las propuestas de inversión, el asesor las realizara desde una absoluta independencia y solo en beneficio del cliente, que es el centro de todo.

A los asesores financieros se les debe exigir una alta capacitación profesional, conocimiento del mercado y productos, a los que se debe unir la experiencia, buen juicio y honestidad. La relación que se establece entre asesor y cliente tendrá como fondo la confianza.

Funciones de un asesor financiero

Las funciones principales de un asesor financiero son:
  • Analizar la situación personal actual del cliente, experiencia, conocimientos, situación financiera, etc.
  • Diseño de un plan financiero marcando unos objetivos de inversión
  • Selección de productos y vehículos de inversión (cartera de fondos de inversión, SICAV, cuenta dedicada de seguros, etc.)

Marco Legal

El asesoramiento financiero es una actividad regulada en nuestro país por la Ley del Mercado de Valores, entendiéndose el asesoramiento de inversiones como aquél que se realiza con carácter profesional y recoge los aspectos fundamentales que deben cumplir las personas que presten el servicio de asesoramiento financiero para ejercer su actividad, como:

  • Contar con conocimiento y experiencia adecuados para mejorar la prestación del servicio
  • Poseer mecanismos para evitar los conflictos de interés que se puedan crear en relación a otras personas o entidades al hacer recomendaciones de inversión
  • Diferenciar entre comercialización y asesoramiento, como recomendación personalizada, atendiendo a las necesidades específicas de cada cliente.


El servicio de asesoramiento debe estar al alcance de cualquier inversor, sea cual sea la cantidad a invertir, aunque no sea siempre así, hay profesionales o entidades que fijan unos mínimos.

Por último, destacar que el asesoramiento financiero independiente, cuando realmente lleve  unido este rasgo de independencia, hace que éste sea  un servicio cada vez  más valorado por los inversores porque en el  se alinea perfectamente el interés del cliente y el del asesor.

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