jueves, 22 de mayo de 2014

Gestión discrecional de carteras

Una cartera de valores es el conjunto de títulos- valores que posee una persona o una empresa como forma de inversión. Estos títulos pueden ser acciones, obligaciones, participaciones en fondos, etc.

La gestión de la cartera de valores puede delegarse a una empresa de servicios de inversión, la cual, la gestionara de forma continuada en beneficio de la persona que es titular. Esta delegación de la gestión de la cartera de valores se realiza con arreglo a los mandatos conferidos por el cliente y a este servicio se le denomina gestión discrecional de cartera. La persona que guía, analiza y administra la cartera de valores de un cliente se le denomina gestor de la cartera.


Ventajas de la gestión discrecional de carteras

Acceso a una gestión experta: La gestión de carteras se basa en teorías y métodos muy contrastados a los que se une el buen juicio, la prudencia y visión de futuro que dan la especialización.

  • Globalidad: Es un servicio que permite el acceso a una completísima gama de activos financieros. 
  • Flexibilidad: Se adapta al nivel de riesgo que quiera asumir el cliente mediante una gestión personalizada.
  • Fiscalidad: Persigue la minimización del coste fiscal. El cliente cuenta, en todo momento, con asesoramiento fiscal sobre el patrimonio gestionado. 
  • Información completa: Facilita toda la información necesaria para el mejor seguimiento, comprensión y análisis de resultados. 
  • Confidencialidad: Asegura en todo momento una total discreción. El propio cliente, o aquellas personas que él autorice, son los únicos con acceso a toda la información.

Proceso

En el servicio de gestión discrecional de carteras se sigue un proceso reglado que garantiza la satisfacción del cliente.

  • Definición de un plan financiero personal
El gestor de cada cliente conocerá su situación actual y necesidades futuras para diseñar junto a él un plan financiero personal que además tenga en cuenta las implicaciones fiscales y su tolerancia al riesgo. Teniendo en cuenta todos estos factores, se recomendará una estructura de asignación de activos ideal para el inversor.
  • Construcción de la cartera
 Partiendo del análisis experto de los mercados se seleccionara una combinación apropiada de activos financieros para la cartera. En la selección de valores/productos de inversión, se combina la comprensión de la situación económica y de los mercados en general, con el análisis particular de las distintas opciones disponibles.
  • Información sobre el progreso de la cartera
El cliente tiene acceso a toda la información sobre la evolución y rendimiento de sus inversiones. El cliente recibe información detallada sobre el estado de su cartera.

¿Sabes cuál es la diferencia entre la gestión discrecional de carteras de fondos de inversión frente a fondos de fondos perfilados? Descubre dos alternativas diferentes pero al alcance de cualquier inversor.

jueves, 10 de abril de 2014

La figura del asesor financiero

El asesor financiero es la persona que orienta y ayuda a organizar las necesidades financieras de un inversor, teniendo en cuenta sus circunstancias personales, con todas las variables que puedan influir en la toma de decisiones de inversión. Estas variables serán, entre otras, la edad, el patrimonio del que dispone, la situación profesional, personal y familiar, sus conocimientos financieros, sus objetivos de inversión y su sensibilidad al riesgo. El asesor financiero ofrecerá soluciones o alternativas que más se ajusten a las  necesidades del cliente.

Un asesor financiero independiente  unirá a todo lo anterior, el valor de la independencia.  Esto es, un  asesoramiento que no pueda estar  condicionado a la venta de algún producto determinado o al interés de ningún grupo financiero, proponiendo solo aquello que aporte valor a su cliente. Todas las propuestas de inversión, el asesor las realizara desde una absoluta independencia y solo en beneficio del cliente, que es el centro de todo.

A los asesores financieros se les debe exigir una alta capacitación profesional, conocimiento del mercado y productos, a los que se debe unir la experiencia, buen juicio y honestidad. La relación que se establece entre asesor y cliente tendrá como fondo la confianza.

Funciones de un asesor financiero

Las funciones principales de un asesor financiero son:
  • Analizar la situación personal actual del cliente, experiencia, conocimientos, situación financiera, etc.
  • Diseño de un plan financiero marcando unos objetivos de inversión
  • Selección de productos y vehículos de inversión (cartera de fondos de inversión, SICAV, cuenta dedicada de seguros, etc.)

Marco Legal

El asesoramiento financiero es una actividad regulada en nuestro país por la Ley del Mercado de Valores, entendiéndose el asesoramiento de inversiones como aquél que se realiza con carácter profesional y recoge los aspectos fundamentales que deben cumplir las personas que presten el servicio de asesoramiento financiero para ejercer su actividad, como:

  • Contar con conocimiento y experiencia adecuados para mejorar la prestación del servicio
  • Poseer mecanismos para evitar los conflictos de interés que se puedan crear en relación a otras personas o entidades al hacer recomendaciones de inversión
  • Diferenciar entre comercialización y asesoramiento, como recomendación personalizada, atendiendo a las necesidades específicas de cada cliente.


El servicio de asesoramiento debe estar al alcance de cualquier inversor, sea cual sea la cantidad a invertir, aunque no sea siempre así, hay profesionales o entidades que fijan unos mínimos.

Por último, destacar que el asesoramiento financiero independiente, cuando realmente lleve  unido este rasgo de independencia, hace que éste sea  un servicio cada vez  más valorado por los inversores porque en el  se alinea perfectamente el interés del cliente y el del asesor.

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jueves, 27 de marzo de 2014

Estrategias de gestión de una cartera de inversión

La Gestión de Carteras es un servicio personalizado de diseño, ejecución y seguimiento, a lo largo del tiempo, de las inversiones financieras de un inversor. En este sentido el proceso  de gestión de carteras pasa por diferentes etapas:

Etapas de gestión de carteras


Evaluación del cliente. Se evalúa, en primer lugar, la situación laboral y patrimonial del cliente, las necesidades de fondos de cara al futuro y qué nivel de riesgo quiere asumir. Todos los clientes quieren maximizar su patrimonio, pero no todos quieren asumir el mismo nivel de riesgo.
Determinación de los objetivos buscados por la inversión. Estos objetivos se refieren a: la rentabilidad, el riesgo, la fiscalidad y la liquidez. Se cuantifican de manera numérica, no de manera general.
Diseño de la estrategia de inversión. Se establece una estrategia de asignación de activos, renta fija y variable, con un plan de actuación correspondiente.
Gestión en el tiempo de la distribución de los activos de la inversión dependiendo de las circunstancias del inversor y de la situación de los mercados y economías.
Selección de Valores. Se concreta la selección de valores.
Evaluación de resultados. Se evalúan los resultados obtenidos periódicamente  y se hacen distintas preguntas: ¿Se han cumplido los objetivos? ¿Se han cometido errores? ¿Cómo se pueden corregir y cómo se puede mejorar?

Estilos de gestión de carteras: la gestión activa y la gestión pasiva


Gestión activa: Estilo de gestión de carteras que persigue un rendimiento mayor al de los índices de referencia o niveles inferiores de riesgo, con una selección cuidada de los activos. Algunos gestores que utilizan este estilo se anticipan  a los movimientos del mercado.

Gestión pasiva: Estilo de Gestión de Carteras que utiliza medidas de indexación para lograr una rentabilidad que se iguale a la rentabilidad del índice de referencia. No utiliza técnicas  de análisis.

Estrategia de gestión
Ejemplo de gestión pasiva: compra de Fondos indexados que intentan replicar el índice de referencia, a veces con un número de títulos inferior al que realmente lo constituyen.

Podemos hacernos ahora la pregunta de cuál de esos dos estilos es mejor, y por qué, y la respuesta no será algo concreto, ya que este es un tema muy discutido en el mundo de las inversiones.

Los partidarios de la gestión pasiva parten de la hipótesis que los mercados son perfectos, en el sentido de que incorporan toda la información disponible, y que por tanto no es posible batir a los índices en el largo plazo. Por ello hay que utilizar el vehículo más barato: los fondos indiciados.

Los partidarios de la gestión activa parten de la hipótesis que los mercados no son perfectos.  Que los mercados pueden meterse en tendencias que son susceptibles de ser explotadas. Que el comportamiento del mercado se ve afectado por la fase del ciclo económico y, que, por tanto, una gestión activa puede explotar las ineficiencias y anticiparse al comportamiento del mercado.


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martes, 25 de febrero de 2014

Gestión discrecional de carteras de fondos de inversión frente a fondos de fondos perfilados. Dos alternativas distintas al alcance de cualquier inversor.

El ahorrador, inversor particular, puede elegir entre comprar un fondo de fondos perfilado, es decir, un fondo que invierte en otros fondos de inversión o contratar el servicio de gestión discrecional de carteras en fondos de inversión. 

Es frecuente, que los servicios de banca personal de los bancos den acceso a la compra de fondos de fondos perfilados, de la propia entidad, a patrimonios inferiores a 500 mil Euros, siendo la gestión discrecional de carteras más exclusiva y accediéndose a ella, normalmente, a través de los servicios de banca privada.  Sin embargo,  si el inversor investiga en el mercado puede encontrar sociedades especializadas en banca privada y gestión de carteras. Como es el caso de PBI Gestión AV, que deposita en una entidad bancaria y trabaja con todas las garantías. PBI Gestión ofrece el servicio de gestión discrecional de carteras, para patrimonios pequeños, desde 20 mil euros.

La diferencia está entre comprar un traje de confección o encargarse un traje a medida. En el primer caso se trata de encontrar, asesorado o no, un fondo de inversión que se adapte a nuestras necesidades del momento en cuanto a su composición, su estilo de gestión y perfil de riesgo.  En el segundo caso se trata, en primer lugar, de que un profesional, especializado en el asesoramiento patrimonial, analice nuestra situación laboral, patrimonial, familiar, objetivos de inversión, horizonte temporal, y nos ayude a diseñar la estrategia de inversión que mejor se adapte a nuestras necesidades.  Y, en segundo lugar, que un equipo de profesionales se ocupen de la gestión, a lo largo del tiempo, de la cartera de inversión  adaptándola a las  circunstancias cambiantes tanto de los mercados, como particulares del propio inversor.

La relación con el gestor es, por tanto, muy cercana en el caso de la gestión discrecional de carteras.  El gestor nos ayuda a perfilar nuestra estrategia de inversión en cada momento y a lo largo del ciclo vital y, además, se ocupa de la gestión de las inversiones.  En el caso de la compra de uno o varios fondos de fondos la iniciativa, en cuanto al cambio de perfil, adaptación al ciclo vital, es responsabilidad exclusiva del inversor.

En cuanto al grado de diversificación, no tendría por qué haber diferencias entre uno y otro caso.  La ventaja para la gestión discrecional estaría en la independencia y la utilización de una arquitectura abierta.  No solamente  la cartera estaría diversificada en un amplio abanico de activos de renta fija, variable, inmobiliarios, materias primas, etc., sino que, además, cada uno de esos activos estaría gestionado por los mejores gestores.   Por tanto, aun en el caso de patrimonios muy pequeños, se puede acceder a una amplísima diversificación, multiactivos y multigestores, sin por ello penalizar los costes. 

En cuanto a los costes soportados, en el caso de la gestión discrecional, hay una comisión explícita de gestión que se cobra al inversor, normalmente del 1%, pero con la ventaja que la cartera se confecciona con las clases de los fondos para banca privada, que soportan comisiones de gestión menores que las clases minoristas, a las que se tiene acceso en el caso de la compra  a través de banca personal de un fondo de inversión. Otra ventaja para la gestión discrecional de carteras es la posibilidad de negociar las comisiones y honorarios de gestión en función del patrimonio a gestionar, mientras que en el caso de los fondos perfilados las condiciones están prefijadas.

En cuanto al tratamiento fiscal, en ambos casos, el inversor puede beneficiarse del diferimiento fiscal mediante el traspaso entre fondos de inversión.  Sin embargo, en el caso de la gestión discrecional de carteras, el gestor, ante necesidades puntuales de liquidez del inversor, puede vender aquellas partidas fiscales con menor impacto, menores plusvalías o incluso minusvalías, y esto puede llegar a ser una gran ventaja tanto en el contexto del ciclo vital del inversor, como en un contexto inter generacional.


Por tanto, aun en el caso de patrimonios muy pequeños, se puede acceder a una amplísima diversificación, multiactivos y multigestores, sin por ello penalizar los costes.  El servicio de gestión discrecional de carteras no tiene porqué ser un servicio exclusivo para grandes patrimonios y puede estar al alcance de cualquier inversor.