Pensamos que sigue habiendo factores favorables al mercado de acciones en los próximos meses. Si bien, puede haber divergencias entre unos países y otros al igual que en 2010. En general, las empresas están valoradas de forma muy atractiva y se espera un crecimiento de beneficios por encima del 16% en los próximos 12 meses. Los bajos tipos de interés, la alta liquidez y el repunte de la inflación animan a los inversores a incrementar su exposición a renta variable. La renta variable es un buen refugio contra la inflación, en niveles de ésta por debajo del 4,5%. Además, las grandes empresas están por lo general muy saneadas y mantienen altos niveles de liquidez. Por lo que, es probable, se animen a buscar crecimiento invirtiendo en bienes de equipo y/o adquiriendo otras empresas. Esto último favorece a las pymes. El calendario también es favorable, en efecto, el tercer año del ciclo presidencial en EEUU suele ser un buen año para la bolsa americana y, por ende , para el resto de las bolsas.
Los mercados de bonos presentan niveles de rentabilidad muy bajos y un escaso margen de revalorización. Por otra parte, los tipos de los bonos tienden a anticipar el repunte de la inflación y los cambios en política monetaria. Esperamos, por tanto, continúe la tendencia de los dos últimos meses con tensiones en la curva de tipos y correcciones en los precios de la deuda pública americana y alemana.
Los diferenciales del crédito deben seguir estrechándose en un entorno de mejoría de las economías y aumento de beneficios de las empresas. No obstante, el crédito de mayor calidad --grado de inversión-- se vería afectado por el repunte de tipos de la deuda pública. Los bonos de alto rendimiento tienen un mayor margen de estrechamiento de diferenciales y estarían más protegidos de un repunte de los tipos de interés.
El ciclo económico de crecimiento y expectativas de inflación es favorable a los metales y la minería, si bien éstos de alguna forma han anticipado ya la recuperación por la demanda procedente de China. Por ello, este mercado puede verse desestabilizado por el endurecimiento monetario en China.
Por último, la recuperación económica y los problemas periféricos europeos favorecen el dólar frente al euro. Sin embargo, consideramos al dólar como moneda estructuralmente débil por la política económica americana y los altos niveles de endeudamiento. 2011 podría ser un año para las monedas emergentes y, especialmente, para el Yuan chino.
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