El contagio de la deuda española es ya una temible realidad. necesitamos mucha más transparencia, controlar el déficit público, acelerar las reformas y plantear políticas de competitividad que favorezcan el crecimiento económico y la exportación. Es necesario, por otra parte, mantener a toda costa la confianza en la determinación de todos los países de preservar el Euro. La decisión de establecer un mecanismo de rescate permanente, con reglas claras, que infunda confianza, y la política del Banco Central Europeo van a ser determinantes.
Esperamos, por otra parte, que se vayan consolidando las tendencias que se observan en la economía mundial y los mercados: la recuperación de la economía y el empleo en EEUU y el empuje económico del norte de Europa; el endurecimiento de la política monetaria y desaceleración en China; la consolidación fiscal en Europa, un rol más importante del BCE y un nuevo clima político y actitud fiscal, en EEUU.
Dichas tendencias en los aspectos microeconómico supondrían: la clarificación del entorno regulatorio de bancos, en general, y de las dudas sobre la solvencia de los bancos europeos; la consolidación de los buenos resultados de las empresas en lo que a beneficios y reducción de deuda se refiere; las valoraciones muy atractivas desde el punto de vista histórico; y el entorno financiero favorable de resolverse la crisis periférica.
El aviso para navegantes de Jean Claude Trichet el día 30 de “no subestimar la determinación Europea de resolver la crisis de la Eurozona” supone un cambio radical que puede beneficiar a bolsas y deuda periférica. El consenso del mercado es favorable a la renta variable. El entorno de la renta fija se complica, la deuda pública está cara por fundamentales y debe seguir corrigiendo. Pensamos que hay valor en los bonos corporativos de menor calidad, con mayores diferenciales y tasas de insolvencias a la baja y, también, en bonos emergentes de baja duración denominados en divisas locales.
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