El mes de mayo ha sido tremendo para la Eurozona cuestionándose el “ser o no ser” de un club de ricos y de pobres.
El miedo, la aversión al riesgo, ha afectado a todos los segmentos del mercado. Han sufrido tanto la renta variable, como los bonos corporativos y el euro . Hemos visto como se tensionaba el mercado interbancario, con repuntes del libor, y de otros indicadores de riesgo como el diferencial de operaciones “swap”, de tipo variable a tipo fijo, o el diferencial entre los tipos del Tesoro americano a corto plazo y los tipos interbancarios, “TED spread”.
El dinero ha buscado refugio en el oro y los metales preciosos, en papel del Tesoro americano y la deuda pública alemana y también en el dólar y el yen japonés. Entre los mercados que peor se han comportado, están las bolsas de la Zona Euro y en especial la española. Las bolsas cotizadas en dólares, o monedas ligadas al dólar, han sufrido también fuertes recortes en moneda local, pero las caídas son menores al calcularlas en Euros.
En renta fija las tensiones en el interbancario se han trasladado a los mercados de capitales y han sufrido los bonos corporativos con aumentos de diferenciales, también lo han hecho la deuda pública española y la italiana. Han actuado como refugio, con fuertes subidas, los bonos del Tesoro americanos, la deuda alemana y la francesa. Se han estabilizado los bonos griegos tras la intervención y subían las emisiones en monedas ligadas al dólar por el efecto divisa.
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