La diversificación es un bien en si mismo ya que reduce el riesgo. La cartera debe estar bien diversificada utilizando a tal fin toda la amplísima gama de activos disponibles y apoyándose, con una arquitectura abierta, en los mejores gestores de cada segmento del mercado a través de la amplísima oferta de fondos de inversión a los que podemos tener acceso. Nuestro trabajo como asesores consiste en repartir la cartera entre los distintas clases de activos, la selección de los fondos de inversión y los rebalanceos posteriores en función de la coyuntura, con toda la información posible en la mano.
En cualquier proceso inversor se analizan los distintos resultados posibles asignándoles una probabilidad, es decir, se determina la rentabilidad esperada y el riesgo. En la inversión financiera y en mercados eficientes, mayores expectativas de rentabilidad se corresponden con mayores niveles de riesgo. Pero el riesgo de la cartera no va a ser la suma de los riesgos de los activos que la componen sino muy inferior, ya que con una correcta diversificación reduciremos el nivel de riesgo.
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