Otros temas importantes, en estos momentos, son los datos macroeconómicos, la crisis bancaria, las políticas monetarias y fiscales.
El mercado quiere pasar página de la crisis financiera y confirmar que los brotes verdes se transforman en verdadera recuperación económica. El mercado no desea, para nada, inflación. Sabe que las economías van a tardar en sanearse totalmente y que va a ser un proceso largo; que hay que sentar las bases para un crecimiento saludable y robusto. Un crecimiento sobre todo no inflacionario. La recuperación puede ser en forma de “L” o de “U”, y no debería ser en forma de “V”, que podría devenir en “W” y la segunda caída podría ser peor que la primera.
Para cimentar las bases del crecimiento saludable es necesario controlar la inflación, o lo que es lo mismo, las expectativas de inflación. Los bancos centrales deben de actuar de forma decidida.
Una amenaza latente es el aumento del precio del petróleo y las materias primas. En un entorno de lenta recuperación del consumo y las economías no parecen justificables mayores aumentos del precio de petróleo y materias primas. Los frenos institucionales a la especulación financiera en los mercados de materias primas deben otorgar algo más de estabilidad, pesando más razones fundamentales de demanda y de oferta.
Hasta finales de verano creemos debe predominar una actitud más confiada en los mercados, en el mes de septiembre probablemente domine más una actitud de escepticismo y dudas sobre la solidez de la recuperación. El sentimiento del mercado es favorable en estos momentos y hay que aprovecharlo. La cartera, pensamos, no debería descansar sino estar muy atenta. Pero ¿quién es capaz de quedarse pegado todo el verano a la pantalla del ordenador?, pues nosotros, que para eso somos muy organizados y no cerramos.
Felices Vacaciones para los que ya estén y para los que se incorporen de inmediato.
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