El ahorrador, inversor particular,
puede elegir entre comprar un fondo de fondos perfilado, es decir, un fondo que
invierte en otros fondos de inversión o contratar el servicio de gestión discrecional de carteras en fondos de inversión.
Es frecuente, que los
servicios de banca personal de los bancos den acceso a la compra de fondos de
fondos perfilados, de la propia entidad, a patrimonios inferiores a 500 mil
Euros, siendo la gestión discrecional de carteras más exclusiva y accediéndose
a ella, normalmente, a través de los servicios de banca privada. Sin embargo,
si el inversor investiga en el mercado puede encontrar sociedades
especializadas en banca privada y gestión de carteras. Como es el caso de PBI
Gestión AV, que deposita en una entidad bancaria y trabaja con todas las
garantías. PBI Gestión ofrece el servicio de gestión discrecional de carteras,
para patrimonios pequeños, desde 20 mil euros.
La diferencia está
entre comprar un traje de confección o encargarse un traje a medida. En el
primer caso se trata de encontrar, asesorado o no, un fondo de inversión que se
adapte a nuestras necesidades del momento en cuanto a su composición, su estilo
de gestión y perfil de riesgo. En el
segundo caso se trata, en primer lugar, de que un profesional, especializado en
el asesoramiento patrimonial, analice nuestra situación laboral, patrimonial,
familiar, objetivos de inversión, horizonte temporal, y nos ayude a diseñar la estrategia
de inversión que mejor se adapte a nuestras necesidades. Y, en segundo lugar, que un equipo de
profesionales se ocupen de la gestión, a lo largo del tiempo, de la cartera de
inversión adaptándola a las circunstancias cambiantes tanto de los
mercados, como particulares del propio inversor.
La relación con el
gestor es, por tanto, muy cercana en el caso de la gestión discrecional de
carteras. El gestor nos ayuda a perfilar
nuestra estrategia de inversión en cada momento y a lo largo del ciclo vital y,
además, se ocupa de la gestión de las inversiones. En el caso de la compra de uno o varios fondos
de fondos la iniciativa, en cuanto al cambio de perfil, adaptación al ciclo
vital, es responsabilidad exclusiva del inversor.
En cuanto al grado de
diversificación, no tendría por qué haber diferencias entre uno y otro
caso. La ventaja para la gestión
discrecional estaría en la independencia y la utilización de una arquitectura
abierta. No solamente la cartera estaría diversificada en un amplio
abanico de activos de renta fija, variable, inmobiliarios, materias primas,
etc., sino que, además, cada uno de esos activos estaría gestionado por los
mejores gestores. Por tanto, aun en el
caso de patrimonios muy pequeños, se puede acceder a una amplísima
diversificación, multiactivos y multigestores, sin por ello penalizar los
costes.
En cuanto a los costes
soportados, en el caso de la gestión discrecional, hay una comisión explícita
de gestión que se cobra al inversor, normalmente del 1%, pero con la ventaja
que la cartera se confecciona con las clases de los fondos para banca privada,
que soportan comisiones de gestión menores que las clases minoristas, a las que
se tiene acceso en el caso de la compra
a través de banca personal de un fondo de inversión. Otra ventaja para
la gestión discrecional de carteras es la posibilidad de negociar las
comisiones y honorarios de gestión en función del patrimonio a gestionar,
mientras que en el caso de los fondos perfilados las condiciones están
prefijadas.
En cuanto al
tratamiento fiscal, en ambos casos, el inversor puede beneficiarse del
diferimiento fiscal mediante el traspaso entre fondos de inversión. Sin embargo, en el caso de la gestión
discrecional de carteras, el gestor, ante necesidades puntuales de liquidez del
inversor, puede vender aquellas partidas fiscales con menor impacto, menores
plusvalías o incluso minusvalías, y esto puede llegar a ser una gran ventaja
tanto en el contexto del ciclo vital del inversor, como en un contexto inter
generacional.
Por tanto, aun en el
caso de patrimonios muy pequeños, se puede acceder a una amplísima
diversificación, multiactivos y multigestores, sin por ello penalizar los
costes. El servicio de gestión discrecional de carteras no tiene porqué ser un servicio exclusivo para grandes patrimonios
y puede estar al alcance de cualquier inversor.