jueves, 29 de enero de 2015

GESTIÓN DE PATRIMONIOS: MISIÓN Y ACTIVIDADES PRINCIPALES.

 Patrimonio es el  conjunto de bienes materiales tangibles e intangibles que una persona, sociedad o entidad posee. Los bienes que tratamos  de gestionar pueden ser: acciones, bonos, activos monetarios, divisas o materias primas, así como activos inmobiliarios, obras de arte, etc. La finalidad de la gestión es generar rentas que aumenten el valor del patrimonio, con lo que volvemos al binomio rentabilidad-riesgo.

gestores de carteras

 Cuando se trata de la gestión de patrimonios financieros, se encarga a terceros, concretamente a gestores de carteras de inversión que de acuerdo a nuestro perfil, horizonte temporal de la inversión y objetivo de rentabilidad nos va a confeccionar una cartera con los fondos que mejor se adapten a nuestras necesidades.
 En cuanto a las inversiones en activos inmobiliarios y obras de arte la práctica habitual es utilizar los servicios de asesoramiento de profesionales especializados y el titular es el que lleva la gestión directa de invertir.
Sobre la inversión en inmuebles, con motivo de la crisis, se han puesto en marcha las SOCIMI (Sociedades de Inversión en el Mercado Inmobiliario) que cotizan en la Bolsa y que permite la inversión de particulares en el ámbito inmobiliario, con lo que diversifican la inversión y no tienen necesidad de acudir a la compra directa de inmuebles pero todavía la inversión en inmuebles predomina la que se realiza de manera directa por el titular, asesorándose del especialista.

Características de los activos que componen la gestión de patrimonios
Activos monetarios:
  • Baja rentabilidad esperada.
  • Elevada sensibilidad a los tipos de interés a corto plazo marcados por la intervención del Banco Central Europeo
  • Baja volatilidad (2% -4%).
  • Alta liquidez y disponibilidad.
  • Reducida sensibilidad a los tipos de interés a largo plazo.
  • Bajos costes de gestión y administración.
Renta Fija
  • Liquidez baja en “High-Yield” o emisiones pequeñas.
  • Dificultades para cubrir la inflación. Ha habido numerosos periodos donde han generado pérdidas en términos reales.
  • Volatilidad baja para emisiones grandes y alta para emisiones reducidas y “High- Yield”
  • Elevada sensibilidad a los tipos de interés de largo plazo, lo que en periodos anuales, pueden producir pérdidas.
  • Baja correlación con los activos de renta variable.
Renta variable:
  • Alta volatilidad anual.
  • Retornos poco predecibles en el corto /medio plazo.
  • Excesos de información especulativa e inquietante en los medios de comunicación.
  • Bate a la inflación a muy largo plazo si se invierte de manera diversificada.
  • Costes elevados de gestión y administración.
  • Alta liquidez (renta variable cotizada).
Capital riesgo
  • Riesgo de iliquidez incrementado por los compromisos de capital.
  • Opacidad del proceso de gestión y monitorización.
  • Importes elevados necesarios para poder invertir.
  • Costes altos de gestión, administración y seguimiento.
  • Gran fuente de retornos a largo plazo.
  • Bate a la inflación a largo plazo.
Materias primas
·         Poca oferta de productos.
·         Elevada volatilidad interanual.
·         Está correlacionada con la inflación.
·         Sus precios dependen en el largo plazo de la oferta y de la demanda, creciendo en función de la limitación de productos.

       Activos Inmobiliarios
·         Riesgo de iliquidez.
·         Importes muy elevados necesarios para poder invertir.
·         Alto riesgo especifico debido a la dificultad de diversificar si se invierte de manera directa.
·         Riesgo operacional.
·         Altos costes de gestión y administración.
·         Son una buena cobertura frente a la inflación en los casos que haya contratos largos indexados a ésta.


 Las noticias de que las pensiones van a quedar congeladas y a duras penas van a cubrir las necesidades futuras de la población, van a obligar a que cada vez más personas tengan unas nociones de administración de su patrimonio. Claro, que para llegar a ahorrar primero hay que ganar más. ¿Está de acuerdo con este razonamiento? 

viernes, 16 de enero de 2015

QUE TE INTERESA CONOCER CUANDO VAN A GESTIONAR TU CARTERA.

Introducción
 Cada persona debe de invertir de acuerdo a sus circunstancias. Se trata de trasladar a los mercados financieros un dictado socrático que es de sentido común y sirve para todo en la vida: antes de tomar decisiones hay que conocerse a sí mismo. Es por eso que, antes de realizar una inversión, es conveniente tener presentes las condiciones personales de cada uno, el plazo, objetivos de la inversión y el nivel de tolerancia al riesgo. Todas estas circunstancias quedan englobadas en lo que se conoce como,  el punto de partida de todo proceso de inversión.

 La labor del gestor de carteras, previa a la toma de decisiones sobre inversiones concretas, consistirá en formarse un criterio respecto de la situación patrimonial del cliente, atendiendo a su perfil de riesgo y a sus cargas fiscales específicas, de manera que se puedan adaptar las inversiones a sus circunstancias particulares.  Lo que nos va a determinar la rentabilidad esperada,  el nivel de riesgo a asumir, el horizonte de la inversión y la fiscalidad adecuada.

Qué pretendo conseguir de la gestión de la cartera
 Al margen de la complejidad de los mercados y la escasa tradición y cultura financieras, está la elección de productos financieros inadecuados al perfil del inversor. En el momento en que el inversor se desvía de los objetivos, reconocidos o no, empieza el desencuentro entre aspiraciones y realizaciones, por tanto, la insatisfacción.

Analizadas las circunstancias concretas de cada inversor estaremos en condiciones de aconsejarle, no sólo el producto adecuado, sino el plazo y el nivel de riesgo recomendable. Exponemos varios elementos claves en la gestión de carteras:

Rentabilidad y riesgo son inseparables
  La relación directamente proporcional que hay entre el riesgo de una inversión y su potencial de rentabilidad. En general cuanto mayor sea el riesgo, más elevada será la posible recompensa, y viceversa.

 El riesgo de la inversión, tiene su expresión concreta a través de un fenómeno conocido como volatilidad, entendida ésta como la fluctuación que sufre un activo en su cotización en un determinado período de tiempo. Lógicamente podemos anticipar que los activos más volátiles son los de renta variable, es decir, los que introducen mayor probabilidad de ganancia o de pérdida (mayor riesgo). A igual rentabilidad, elegiremos siempre el menos volátil. Lógicamente la medición de la volatilidad sólo es útil para períodos relativamente largos en el tiempo.

Formas de optimizar el binomio rentabilidad-riesgo
La rentabilidad y riesgo van de la mano, pero eso no significa que no existan fórmulas que permitan acometer inversiones en renta variable de forma razonable. Las tres maneras de optimizar rentabilidad y riesgo son:
·         Una buena Asignación de Activos
La asignación de activos es el proceso mediante el cual se determina la composición de una cartera de inversión, a fin de optimizar la rentabilidad prevista para el riesgo asumido. La distribución de activos es responsable del 90% del comportamiento de una cartera de inversiones.
 A la hora de determinar la composición de la cartera de inversión tendremos que realizar alguna combinación de las tres categorías clásicas de activos: Activos Monetarios (liquidez), Renta Fija y Renta Variable.

La proporción que represente cada uno de estos tres grupos en la cartera de inversiones dependerá de la rentabilidad esperada por el cliente, de su aversión al riesgo y de la necesidad de liquidez que tenga.
·         Un Horizonte Temporal adecuado
 Es importante saber a cuantos años vista se invierte, ya que este factor determinará la fiscalidad de nuestra inversión y el tipo de activo en el que debemos invertir. Para inversiones a corto plazo se desaconseja la renta variable pura, ya que el nivel de riesgo que se asume es alto. Para un correcto asesoramiento de carteras es necesario planificar temporalmente las inversiones, de manera que se ajusten a su perfil, a sus necesidades de liquidez, a su objetivo de rentabilidad y a su itinerario financiero.
·         Una buena diversificación 
 Una buena diversificación permite reducir el riesgo de una inversión para un mismo nivel de rentabilidad esperada. Invertir en varios activos ayuda a contrarrestar el riesgo de minusvalías en activos individuales.


Y es ahora cuando nos preguntamos: “¿tengo en cuenta lo expuesto anteriormente en la gestión de carteras que tengo formalizada con mi entidad financiera?”.

CONCEPTO Y ESTRATEGIAS EN LA GESTIÓN DE CARTERAS

Una cartera es una combinación de activos, que normalmente se asocia a un conjunto más o menos diversificado de fondos de inversión y/o acciones. La teoría de cartera trata de buscar cuál es la combinación óptima, la mejor cartera para cada inversor.
Como se explica en la web de PBI, el problema de la cartera se plantea en un ambiente de riesgo. Decimos que hay certeza cuando se conoce lo que va a suceder en el futuro y hay riesgo cuando no hay certeza sobre lo que va a suceder, pero se conocen las probabilidades de que se produzcan los diferentes estados de la naturaleza. Finalmente, llamamos incertidumbre al caso en el que no tenemos información ninguna. Aceptamos que las decisiones se toman en un ambiente de riesgo, suponiendo que el decisor es capaz de atribuir probabilidades a los diferentes estados.


 En condiciones de riesgo, las decisiones han de basarse en el conocimiento de la distribución de probabilidad de los diferentes estados. Suponiendo un único periodo de tiempo, lo que caracteriza a una cartera será la rentabilidad que de ella se obtiene en dicho periodo, a posteriori será mejor aquella cartera que ha obtenido una mejor rentabilidad. Ahora bien las decisiones hay que tomarlas a priori y en base a una información; dado que hemos definido un ambiente de riesgo, parece claro que la decisión sobre cuál debe ser la cartera óptima dependerá de las distribuciones de probabilidad de las rentabilidades de las diferentes carteras y del perfil del cliente de acuerdo con un test de idoneidad que es obligatorio elaborar. 

  • Gestión de carteras

Es un proceso de combinación de activos en una cartera diseñada según las preferencias y necesidades del cliente (inversor), seguimiento de la evolución de dicha cartera y evaluación del resultado.
  • El tipo de cliente
 Para la gestión de carteras adecuada hay que crear un sistema que sea compatible con los objetivos del cliente, para evitar situaciones puntuales de pánico o euforia, que se puede crear a lo largo de la gestión de la misma, fruto de la oscilación de los mercados de renta variable. La categorización del cliente se establece en base a las características subjetivas del cliente, que se ponen de manifiesto en el test de idoneidad y a las restricciones de su situación fiscal, importe, necesidad de liquidez, tiempo de permanencia de los fondos, etc.
  • Objetivos concretos de la inversión
 Que rentabilidad espera el cliente y que nivel de riesgo está dispuesto a asumir. A mayor rentabilidad esperada, mayor riesgo.El plazo que está dispuesto a permanecer con la inversión también condiciona el objetivo de l inversión.
  • Estrategia de gestión a seguir

 En base a lo expuesto en los puntos anteriores se establece un plan de actuación o estrategia en la toma de decisiones de inversión.
  • Selección de los activos: Se trata de una distribución de los activos , que parte va a renta fija y que parte va a renta variable.
  • Control y medición de resultados: Pretender comparar el patrimonio del inversor antes y después de realizar la inversión, y comprobar si el gestor ha cumplido con los objetivos propuestos y así comparar con los resultados por otras inversiones de referencia.

  • Estrategias de carteras

Básicamente son dos:
  • Gestión activa de carteras: Es la administración de carteras que pretende conseguir un rendimiento superior a los índices bursátiles, con base en una cuidada selección de activos, cobrando a cambio una comisión superior al caso de la gestión pasiva de carteras. Dentro de este tipo de estrategia, encontramos a gestores que intentan anticiparse a los movimientos del mercado (modificando la beta de la cartera gestionada), buscando sectores económicos, en función de las perspectivas económicas.
  • Gestión pasiva de carteras: Se trata de conseguir una rentabilidad igual a la del índice de referencia, simplemente con medidas de indexación, no utiliza las técnicas de análisis de valores como son el análisis técnico o fundamental.
Los gestores pasivos tratan de replicar el índice de referencia o benchmark.

Después de todo lo expuesto anteriormente os preguntaréis: ¿Cuál es la mejor estrategia, la gestión activa o la pasiva? En principio la gestión activa debería proporcionar unos resultados mayores, para compensar los mayores costes que implica. ¿Sabe usted la estrategia que sigue su gestor de cartera?